sábado, 25 de agosto de 2007

Igor

¿En qué me he convertido? ¿Ya era así o ha sido fruto de un proceso paulatino de cambio? O mejor (o peor) dicho, degradación. A veces parece que estás en Júpiter cuando te levantas tras tropezar, otras ni siquiera te levantas. Te quedas en el suelo reptando como una culebra pero siempre sin perder la sonrisa. Como Igor, acumulando tus miserias en una joroba que va cambiando de hombro a voluntad, pero eso si, sin perder nunca la ironía y el buen humor. Moldear la realidad en la cabeza, darle la vuelta a las situaciones, retorcerlas como barras de plastilina; pero llega un momento en que esas barras de plastilina empiezan a oler a mierda, y el olor te impregna la ropa, pero solo puedes olerlo tú. Y no puedes evitarlo, o sí…

Odas a la alegría y al buen rollo

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