Parecía un día normal las primeras horas de la mañana, pero a eso de las doce todo se puso patas arriba.
En el infierno era el día del borrego, y los demonios menores que lo habitaban acostumbraban a celebrarlo con bacanales hasta altas horas de la madrugada, a ritmo del hardcore más taladrante.
Ese año, la fiesta del borrego debía cambiar de emplazamiento ya que, el día anterior, habían comenzado las obras de habilitación de zonas verdes reclamada por las demonias madres de familia, antes eran sensuales súcubos, pero los años no perdonan y, al final, la carne es carne esté donde esté.
Como mandaba la tradición, después de un suculento banquete de querubines aderezados con líquido amniótico, toda la población del averno se dirigía a unas amplias zonas de vegetación urticante a practicar el botellón con licor de azufre y extracto de tungsteno. En los tiempos actuales, era frecuente encontrar jóvenes diablos aspirantes consumiendo estupefacientes, tales como cabello de angel (sin cortar) o tripis de agua bendita. Estas fiestas se caracterizaban por carecer de límites, y un simple botellón podía convertirse perfectamente en una orgía y acabar siendo un auténtico matadero.
Mientras tanto, Satanás disfrutaba de un relajante baño de lejía. Le encantaba pasarse días enteros sumergido en una enorme bañera de lejía o amoniaco en su defecto, según él le deja la piel suave como el culo de Dios.
Pero no es la fiesta en sí lo que quiero resaltar en este escrito, si no las consecuencias que ella conlleva. El día del borrego es una fiesta descomunal en las entrañas del infierno y es sabido que el infierno ha condicionado durante siglos la vida del hombre; aunque con los años éste ha perdido su vigor maligno y ha caído en una seria decadencia.
Como iba diciendo, estas fiestas repercuten en la mente de algunos hombres, si así se les puede llamar, y les producen unas migrañas imposibles de eliminar con ningún medicamento. Estos (infra)seres suelen ocupar puestos de poder dentro de algún organismo o simplemente gozan de cierta fama y/o “reconocimiento” . A continuación incluyo una lista con los sujetos más destacados que sufren estas cefaleas satánicas:
- Monseñor Rouco Varela
- George W Bush
- Eduardo Zaplana
- Raúl Castro
- Jorge Javier Vázquez
- Vladimir Putin
- El Dioni
- Charlton Heston
- Federico Jiménez Losantos
- El/Los dueño/s de la CocaCola
- Finito de Córdoba
- El calvo de los ordenadores (madrugadas de teletienda)
- Bertín Osborne
- …
En el infierno era el día del borrego, y los demonios menores que lo habitaban acostumbraban a celebrarlo con bacanales hasta altas horas de la madrugada, a ritmo del hardcore más taladrante.
Ese año, la fiesta del borrego debía cambiar de emplazamiento ya que, el día anterior, habían comenzado las obras de habilitación de zonas verdes reclamada por las demonias madres de familia, antes eran sensuales súcubos, pero los años no perdonan y, al final, la carne es carne esté donde esté.
Como mandaba la tradición, después de un suculento banquete de querubines aderezados con líquido amniótico, toda la población del averno se dirigía a unas amplias zonas de vegetación urticante a practicar el botellón con licor de azufre y extracto de tungsteno. En los tiempos actuales, era frecuente encontrar jóvenes diablos aspirantes consumiendo estupefacientes, tales como cabello de angel (sin cortar) o tripis de agua bendita. Estas fiestas se caracterizaban por carecer de límites, y un simple botellón podía convertirse perfectamente en una orgía y acabar siendo un auténtico matadero.
Mientras tanto, Satanás disfrutaba de un relajante baño de lejía. Le encantaba pasarse días enteros sumergido en una enorme bañera de lejía o amoniaco en su defecto, según él le deja la piel suave como el culo de Dios.
Pero no es la fiesta en sí lo que quiero resaltar en este escrito, si no las consecuencias que ella conlleva. El día del borrego es una fiesta descomunal en las entrañas del infierno y es sabido que el infierno ha condicionado durante siglos la vida del hombre; aunque con los años éste ha perdido su vigor maligno y ha caído en una seria decadencia.
Como iba diciendo, estas fiestas repercuten en la mente de algunos hombres, si así se les puede llamar, y les producen unas migrañas imposibles de eliminar con ningún medicamento. Estos (infra)seres suelen ocupar puestos de poder dentro de algún organismo o simplemente gozan de cierta fama y/o “reconocimiento” . A continuación incluyo una lista con los sujetos más destacados que sufren estas cefaleas satánicas:
- Monseñor Rouco Varela
- George W Bush
- Eduardo Zaplana
- Raúl Castro
- Jorge Javier Vázquez
- Vladimir Putin
- El Dioni
- Charlton Heston
- Federico Jiménez Losantos
- El/Los dueño/s de la CocaCola
- Finito de Córdoba
- El calvo de los ordenadores (madrugadas de teletienda)
- Bertín Osborne
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1 comentario:
jajaja, "El Calvo de los Ordenadores" siempre me he preguntado sobre el origen de este personaje que no se ha hecho merecedor de otro nombre más descriptivo y locuaz. ¿tendrá carrera? ¿casa? ¿porque siempre está en la tele? "El Calvo de los Ordenadores" aparece allí donde se hable de informática, es el gran enterado en estos asuntos, y de los pocos que no se les traba la lengua con la palabra "gigabyte". Es simpático, dicharachero, hasta divertido, pero puteado. El personaje más puteado de la televisión con diferencia. Y todo este rodeo para decir que tu relato es sencillamente genial, me gusta mucho tu forma de escribir, seguiré devorando más posts...
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