domingo, 8 de abril de 2007

Crudo

Es ahora en el 2007, recien comenzado el siglo XXI , cuando nos damos cuenta de que nos ahogamos con nuestra propia mierda. El tema de moda es el "calentamiento global"; todos los medios se han hecho eco del fenómeno, y parece que la opinión pública comienza a reaccionar.

Voy a centrarme en el caso concreto del petroleo.
En la 2ª Revolución Industrial, a principios del siglo XX, se comenzó a aplicar el petróleo en la maquinaria y, junto con la electricidad, favorecieron la aparición del automovil entre otros cachivaches.

El petroleo se convirtió en el elemento energético por excelencia ya que, en relativamente poco tiempo, se extendió de tal manera que, desde entonces, la economía gira a su alrededor. Se le dieron diversos usos y tratamientos dependiendo de cual fuera su fin; tuberias, neumáticos, muñecas hinchables...

Pero la introducción del petroleo en la sociedad vino favorecida por el desarrollo del capitalismo. El capitalismo, el nuevo sistema político y económico recien surgido basado en la libre circulacion de mercancias dentro de un mercado controlado por los profundos bolsillos de los hombres del sombrero de copa y el puro.
Estos hombres, los primeros capitalistas, utilizaron el petróleo para enriquecerse aprovechando la coyuntura cientifico-tecnológica que supuso la aparición del 'oro negro'. Y si hablamos del desarrollo capitalista, también debemos mencionar el desarrollo capitalista de los EE.UU., cuya ambición empresarial ha hecho que estuviesen durante todo el siglo XX metiendo mano en todos los países manchados de negro, aunque las políticas de sus dirigentes choquen frontalmente con las de los USA; ya se sabe, un billete tiene más valor que una papeleta.

LLegamos al ecuador del siglo, los avances tecnológicos comienzan a hacer posible la elaboración de todo tipo de investigaciones, y una de ellas es la de los efectos nocivos del petroleo y sus derivados químicos, pero ¿quién subvenciona esas investigaciones? los mismos gobiernos que invierten millones en crudo. La ciencia está lo suficientemente desarrollada como para concretar los efectos nocivos del petroleo, de sobra demostrados pero, aun así, nadie dudó de su eficacia y pragmatismo económico y social. Actualmente todos utilizamos derivados del petroleo, todos tenemos motos, coches, y motores de todo tipo y función, además de una amplisima variedad de plásticos que hacen más fácil nuestra vida diaria.

Lo que quiero decir con esto es que anteponemos nuestra salud individual y comunitaria a nuestro bienestar, sin reparar en las consecuencias que ello conlleva, provocando un deterioro del planeta que, al final, nos acabará matando a todos.
Nos preocupa el deshielo, la extinción de especies y el cambio climático, pero no dejamos de hechar mierda. Somos como el gordo que come y se avergüenza por que sabe que está gordo, pero no puede dejar de comer.

Escribiendo esto no pretendo justificarme individualmente, no puedo hacerlo por que yo he contribuido como todo el mundo a la destrucción del planeta, y me avergüenzo de ello.
Me avergüenzo de formar parte de un sistema injusto y cruel que no mira por nada ni por nadie. Me avergüenzo de pertenecer a una porción de mundo denominada primer mundo o mundo desarrollado que se nutre de la otra porción más débil.

Cuando la humanidad se esté ahogando en su propia orina nos acordaremos de aquellos buenos momentos en los que conduciamos nuestra scooter mientras el peine del aire nos hacía la raya en medio.

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